El hotel tiene mucho potencial por su buena ubicación. Lamentablemente al llegar, la experiencia de check in fue muy mala debido al pésimo servicio al cliente de Valentina, quién se encontraba en la recepción. Toda la semana tuvo la misma mala actitud y cero carisma. Mala cara, además de responder mal al preguntarle por el servicio de parqueadero (el cual de acuerdo con lo que dice mi reserva y publica el hotel) el cual estaba "incluido," pero por ninguna parte decía que era "sujeto a disponibilidad". Después de 16 horas de viaje, llegas y te reciben con esa sorpresa. Además habían olvidado instalar el corral de bebé, por lo que esa primera noche, la pasamos bastante mal.
La habitación estaba sucia y al día siguiente tuvimos que pedirle a las señoras del aseo que nos ayudarán revisando cada de detalle, cosa que atendieron de inmediato.
Una de las ventanas (habitación 910) está fallando, se queda bloqueada. La lámpara del escritorio no funciona. Y los botones para prender las luces desdea mesa de noche son muy duros. La iluminación de la habitación no es buena. Tampoco la ventilación del baño. Es muy caliente.
Ahora destaco lo bueno. La gran atención de Rosa, cómo ama de llaves, y de todas las personas del restaurante en la hora del desayuno. Siempre atentos y serviciales (3 mujeres y un hombre).
La habitación de buen tamaño, así como la ducha y el baño, buen ventanal para recibir luz natural. Buenas neverita, muy funcional y el clóset también cumple.