Hotel en el centro de Praga, con un servicio excepcional. Desde las recepcionistas hasta las camareras del desayuno y las housekeepers, todas muy simpáticas, amables, precisas y atentas a cada detalle. Un verdadero team. No les había avisado que era el viaje de festejo de mi cumpleaños y nos han sorprendido con detalles inesperados desde la noche anterior. Aparte, el hotel es hermoso, un estilo antiguo mezclado con pequeños detalles modernos, habitaciones enormes, iluminadas, cama comoda, y espacios calefaccionados a la perfección. El desayuno 10 puntos, aunque no había lácteos sin lactosa, pude comer muy bien cada mañana. Habitaciones comunes muy muy lindas, living llenos de plantas y un patio agradable. Recomendado!