Muy bien ubicado, en todo el centro de la medina. El problema es encontrarlo, ya que las calles son un poco laberínticas, sobre todo si llegas por la noche, que está todo desierto y da un poco de miedo adentrarse por aquellos callejones.
El dueño muy amable, la habitación muy amplia y muy pintoresca.
El baño muy árabe, muy bonito, solo que la potencia del agua es muy baja.
En general muy bien.