La ubicación es muy buena, lo suficienetemente cerca del centro para llegar a cualquier lado caminando, pero lo suficientemente lejos para no escuchar el bullicio de la ciudad, cuenta con estacionamiento (aunque algo pequeño), y en general cuenta con instalaciones en buen estado, aunque luce algo viejo y en algunos detalles descuidado. La habitación amplia y cómoda, aunque el agua caliente de la regadera tarda muchísimo en salir, lo que hace que se desperdicie agua. El personal amable, desde las camaristas, hasta las persoans de la recepción y los meseros. No pude usar la alberca, pero el horario bastante adecuado y el ambiente se veía bastante agradable. El desayuno está incluido en el precio de la habitación, es un desayuno muy básico a la carta, con la opción de elegir entre algunos platillos (chilaquiles, huevo, molletes, quesadillas, hot cakes, etc...), más café y jugo (o fruta), vi varias reseñas negativas al respecto, pero el desayuno no está mal, sólo que si acostumbras a tener un almuerzo sustancioso por la mañana, quizá no te satisfaga, como recomendación, creo que el hotel podría tener un poco de pan dulce o algunas rebanadas de pan de caja y un tostador, para acompañar el desayuno, sería un plus. En general, me pareció una gran opción para alojarse en Mérida a un precio accesible, sí volvería.