Es un Novotel, por lo que la calidad se puede anticipar. Sin embrago, el servicio de la recepción y las instalaciones deportivas y sauna deja muchísimo que desear, así como el desayuno, que fue el peor de todo este viaje por el Sudeste de Asia. Nuevamente, para ser francés y dadas las exigencias culinarias de los franceses, la cocina es francamente deplorable, tanto los platillos occidentales, como los orientales. Las habitaciones están muy bien y el precio fue excelente.